Unidos a un cordón umbilical
empieza nuestra vida, a una simbólica cuerda que nos une a algo o alguien, sea
de forma física o mental nos detiene o enreda, ¿y eso es bueno o malo?
De eso trata el unipersonal de
Wendy Ramos, durante una hora y algo ella plantea esa cuestión antropofilosófica,
sobre un tema, que luego de muchos años de estudio, domina al revés y al
derecho, o sea sobre ella.
El comienzo del meollo del asunto
es esa cosa que en alguna etapa de nuestras vidas sentimos, ese vacío interior,
esa cosa que uno lleva, ese sin sabor, la angustia que nos mata. Y empezamos a
buscar respuestas en todo lo que se pueda, a caminar sobre nuestros pasos para ordenar
nuestra vida. Entonces vamos a nuestros recuerdos o pasado, para entender qué
nos falta o en donde nos enredamos, y en ese descubrir pasamos por entender
nuestra soledad, libertad, miedos, frustraciones, recuerdos y todo lo que cobije
nuestra mente.
Y aunque suene una cuestión yoista
sobre ella misma pues no hay tal cosa, ya que el desarrollo de la obra puedes
sentirte identificado en ciertos momentos. Uno no para de reír y aunque no es
una comedia la vida parece serlo. Si eres mayor de edad vas a volver a tu
chiquititud con algunas anécdotas, si eres milenial o chibolo, vas a estar más
perdido pero igual por la forma de interpretarlo te vas a reír.
Hay momentos muy graciosos, y
otros enternecedores, realmente es un espectáculo que lo volvería a ver (claro
que más cerca porque estuve en la fila R 1, ese era mi asiento, bien puede referirse
R 1 = Recontra lejos. Se escuchaba bien pero no la veía tanto) y es más,
esperaría la versión dos o que lo repitan porque la temporada ha durado
demasiado poco y el teatro demasiado lleno, y como era de esperar al final de
la obra la gente complacida la ovacionó de pie, realmente fue un disfrute de un
divertido desahueve para veas qué cuerda te ata y si realmente quieres
liberarte de ella.
Palabras clave de la obra: Soledad,
compañía, risa, insights, familia, terapia, miedos, ganas, libertad, culpa, demencia,
juventud,